Desde que las aves aparecieron sobre la Tierra su diversificación las llevó a conquistar todos los hábitats de la superficie. Las alas les daban la capacidad de volar y con ello de llegar allí donde ninguna otra clase animal poda hacerlo. Sólo el mar se les resistía. Hasta que llegaron los pingüinos. Dispuestos a conquistar el océano, los pingüinos tardaron millones de años en lograrlo. Consiguieron adaptaciones como nunca antes se habían visto entre las aves. Se hicieron capaces de vivir sobre el agua durante meses, de bucear hasta casi 300 m de profundidad y de soportar los rigores de las regiones mas frías del hemisferio sur. Pero en el largo camino hasta conseguirlo pagaron un precio muy alto. Diversificados en diferentes especies, capaces de soportar temperaturas imposibles, maestros de la adaptación al medio, sufridores silenciosos y bulliciosos miembros de grandes colonias, ninguna otra familia de aves cuenta con una historia tan extraordinaria como la de los pingüinos, las aves que quisieron ser peces.