A doscientas millas de la costa noroccidental de África se encuentra el volcán activo más alto del Océano Atlántico, que da nombre al inhóspito desierto que lo rodea. Se trata de El Teide. Su gigantesca forma piramidal se eleva por encima de las embravecidas aguas atlánticas como un coloso.
Su territorio es salvaje y extremo. Un desierto volcánico sujeto a importantes cambios de temperatura y a una radiación solar extrema, capaz de destruir, siglo tras siglo, las más poderosas montañas de lava petrificada.